11 diciembre 2011

Deseos de una noche de verano.

Cada suspiro que invade el aire es tuyo, cada centímetro de mi piel te pertenece.
Y es que es imposible ocultar los sentimientos que están a flor de piel, imposible. Si tú no estás el tiempo se congela. Los segundos se convierten en minutos, los minutos en horas y las horas en días interminables. Días pasados por agua, con una taza de café y sentada en la ventana viendo pasar el tiempo o, en su defecto, a parejas dadas de la mano como tú y yo solíamos hacer por las calles de Madrid.
Calles que ahora encierran nuestros secretos, calles en las que puedo ver a nuestros fantasmas del pasado reviviendo una y otra vez cada uno de esos momentos que pasé a tu lado. Afortunados fantasmas en los que se cumple mi mayor deseo.
Deseo tenerte aquí, a mi lado. Deseo que me abraces en las frías noches de invierno y que cuando el calor apriete te tumbes a mi lado en la hierba.


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