26 noviembre 2011

Te necesito.

¡Espera!
Ahora es ese justo momento en el que te digo que te necesito, que necesito sentir la presión que ejercen tus labios sobre los míos.
Necesito sentir cómo las yemas de tus dedos recorren cada centímetro de mi cuerpo.
Necesito sentir cómo tu mirada se clava en mi cuando me alejo.
Necesito hablar contigo a cada minuto y obligarte a alargar ese momento hasta que tú te mueras de sueño.
Necesito que me cojas de la mano, entrelazando nuestros dedos, y que me susurres al oído cuánto me quieres.
Necesito que me hagas rabiar y que me molestes, sólo para que sonría.
Te necesito a ti, con cada uno de tus defectos y cada una de tus virtudes.

Que es muy fácil escribirlo en un lugar que tú ni siquiera sabes que existe. Aparento ser valiente pero a la hora de la verdad no lo soy, soy sólo una cobarde que no se atreve a demostrar sus sentimientos.

460; odio ese número.

Ya ha pasado otro diecinueve y ya no sé si estar feliz o deprimirme.
Cada vez pasa más tiempo y cada vez veo más imposible poder conocerte, poder abrazarte o poder mirar tu sonrisa sin que haya una pantalla de por medio pero me queda la esperanza de que lo imposible, por definición, es posible. Que en once meses me has demostrado mucho más que otras personas en años.
Que te quiero de tal forma que nunca me hubiese imaginado que podía coger cariño a alguien que no ves, que eres una de esas personas que me hacen sonreír, día a día. Me demostraste que no hay cosas imposibles, sólo cosas improbables y que por definición son probables.
Gracias por ayudarme en estos once meses porque has sabido exactamente cómo hacerlo. Has sabido cómo sacarme una sonrisa en los peores momentos y has sabido demostrarme que los números, al igual que la distancia, no nos podrán separar.
¡SIEMPRE 19!

[19.08.11]

Que mi felicidad depende de la suya.

Ella ha sido la que me ha enseñado el significado de "mejor amiga". Dos palabras que lo dicen todo pero que a la vez no son lo suficientemente grandes para expresar todo lo que la debo.
Muchas amigas se enfadan por los chicos; porque a las dos las gusta el mismo, porque una tiene novio & la otra no.. A nosotras nos han pasado ambas cosas pero aún así hemos sabido seguir unidas.
Juntas hemos aprendido a perfeccionar nuestras virtudes y a reírnos de los defectos porque, ¿quién es perfecto en este mundo? Nadie.
Desde aquí quiero decirla que no me importa ir de sujetavelas, candelabro o como quiera llamarlo. Porque sé que no hay persona alguna que sepa hacerla tan feliz cómo él lo hace. Porque desde ese día ocho ha sido la persona más feliz. Porque al fin ha encontrado a una persona que la merece.

Mantener los pies sobre la tierra.

Todos hablan de tocar el cielo.
Unos dicen que están en él, otros que a tres metros sobre él y otros, que lo pueden llegar a tocar con un dedo. Yo, sinceramente, prefiero mantener los pies sobre la tierra. No es miedo a volar, es miedo a la caída. Ya que cuánto más alto te sientes, más duro es el golpe.


18.

Fue un amor a primera vista, de esos que sólo crees que pueden ocurrir en las películas y porque un guión lo exige. Esto no era ninguna película, era mi vida y él apareció en ella como por arte de magia. Sus ojos verdosos me transmitían seguridad, mucha más que la que cualquier otra persona podría ofrecerme, y sus labios me tentaban a besarle.
Él aprendió rápido a sacarme sonrisas y se convirtió en el dueño de mi mirada y de mis palabras. Todo lo que giraba a mi alrededor poco a poco fue perdiendo importancia y nada tenía sentido sin él. Llegó un momento en el que mi vida entera dependía de él.
Las cosas buenas duran poco tiempo, o al menos, eso dicen. Después de dos meses aún sigo pasándome las noches en vela. Aún me duele ver cómo besa a otras chicas que no sean yo, con esos labios que un día fueron sólo míos.